Mientras el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo continúa en la mayoría del continente americano, Argentina ha sentado un precedente. En julio de 2010, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina en legalizar en todo el país el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción por parte dichas parejas.
Mientras el sistema judicial analizaba varios casos de matrimonio entre personas del mismo sexo y el poder legislativo debatía una ley que finalmente resultaría en su legalización, la sociedad civil luchaba por poner fin a la discriminación y extender los derechos matrimoniales a todo el país.
En junio de 2010, en una sesión pública del Senado argentino, la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), ambos beneficiarios del Programa para América Latina de las Fundaciones para una Sociedad Abierta, reafirmaron los principios de igualdad y no discriminación, e instaron al Senado a que aprobara la ley de matrimonio y adopción para personas del mismo sexo.
Durante el siguiente mes, la ADC y otras organizaciones de la sociedad civil solicitaron repetidas veces al Senado argentino la aprobación de la ley de matrimonio y adopción para personas del mismo sexo, incluso cuando la Comisión de Legislación General del Senado recomendaba rechazar la ley. El Senado argentino aprobó la ley de matrimonio y adopción para personas del mismo sexo el 15 de julio de 2010.