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Tendiendo puentes entre la religión y la diversidad sexual en América Latina

Multitud de personas portando banderas arcoíris
La gente se reúne para celebrar una marcha del orgullo en Bogotá, Colombia, el 4 de julio de 2021. © Nathalia Angarita/Reuters

Como muchos latinoamericanos, Enrique Vega Dávila, de 36 años, creció en una familia católica no practicante. Pero desde muy pequeño soñó con vivir plenamente la fe católica y decidió hacerlo convirtiéndose en sacerdote. Después de pasar seis años en el seminario, su sueño se truncó cuando se dio cuenta de que era gay. El hecho de continuar como miembro del clero católico le obligaría a vivir una doble vida, como tantos otros sacerdotes han hecho durante siglos.

La iglesia católica no es la única institución religiosa que rechaza la ordenación de personas que se identifican como LGBTQ+ y las condenan. Pero en la historia reciente, varias confesiones protestantes han decidido ser más inclusivas, al ordenar al clero LGBTQ+ y permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo. Dávila aprovechó esa situación para convertirse en pastor luterano y está cursando un doctorado en estudios de género en la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México.

En su nueva confesión no tiene que ocultar su orientación sexual, sus tatuajes, sus pendientes ni el maquillaje que a veces le gusta usar. Es conocido como “el reverendo cuir”. A cualquier lugar donde va y de todas las maneras posibles a Dávila le gusta recordar que la libertad religiosa es para todos y que ningún pastor o sacerdote puede impedir que las personas LGBTQ+ practiquen la religión en la que crean o amen a quien elijan.

Dávila es uno de los protagonistas de una serie multiplataforma de biografías producida por Sentiido, una organización sin fines de lucro con sede en Bogotá (Colombia). Fundada en 2011, Sentiido utiliza comunicaciones, investigación y narraciones para reducir el estigma y la discriminación contra las personas LGBTQ+ y aprovechar el cambio social. Fe + Diversidad, como se denomina el proyecto, forma parte del compromiso global de Sentiido de difundir el trabajo de reafirmación de las comunidades religiosas.

Enrique Vega Dávila
Enrique Vega Dávila fotografiado en Ciudad de México (México) el 27 de enero de 2022. © Lina Cuellar/Sentiido

El proyecto Faith + Diversity se puso en marcha en 2017 con el objetivo de dar a conocer la infinidad de formas en las que las personas LGBTQ+ viven la religión y la espiritualidad. Historias como la de Dávila recuerdan que el cristianismo se arraiga en el valor fundamental del amor incondicional, por eso invoca tan a menudo frases bíblicas como "amaos los unos a los otros como yo os he amado" o "no juzguéis y no seréis juzgados".

Para Sentiido, eso también significa abstenerse de rechazar a los enemigos de la diversidad sexual y de género y tacharlos de "homófobos", "transfóbicos" o "detractores de los derechos de las personas LGBTQ+". El cambio real —la transformación fundamental— lleva tiempo y muchos pueden sentirse “aplastados” por una nueva visión del mundo, lo que puede exacerbar la polarización ya existente. En Sentiido, también sabemos que muchas personas religiosas entienden las enseñanzas bíblicas en un contexto histórico y están abiertas al valor de la inclusión. Por lo tanto, el proyecto Fe + Diversidad fomenta el diálogo con todos aquellos dispuestos a hablar, recordando a las personas de todas las religiones lo que ya saben: que todos los seres humanos son iguales ante los ojos de Dios.

En Sentiido también hacemos hincapié en lo que nos une, y no en lo que nos separa. Por ejemplo, la mayoría de los latinoamericanos valoran mucho su familia y su fe. Estos valores compartidos proporcionan una base común para mantener conversaciones sobre dignidad, amor, empatía, comprensión y apoyo, lo que puede conducir a abordar otras cuestiones como la resiliencia, la libertad y la solidaridad.

Sin embargo, cambiar los corazones, las mentes y las políticas eclesiásticas es un proceso que para Dávila empieza por hacer saber a las personas LGBTQ+ que no tienen que hacer caso a las advertencias de los líderes católicos que dicen que la homosexualidad no es un pecado, sino que lo son los actos homosexuales, ni creer a los pastores evangélicos y pentecostales que aseguran que las personas LGBTQ+ están tomando "decisiones equivocadas que han de corregirse". Afirma que el amor divino es más grande que una iglesia, un líder religioso o un libro; es toda una experiencia vital.

El difunto Harvey Milk, un político y activista gay estadounidense que fue asesinado en 1978, le dijo una vez a una multitud que la comunidad LGBTQ+ solamente pide esperanza: “Esperanza de un mundo mejor, esperanza de un mañana mejor, esperanza de un lugar mejor en el que refugiarse si las presiones en el hogar son demasiado grandes. Esperanza de que todo irá bien. Sin esperanza, no solo los gays, sino también los negros, los mayores, los discapacitados, los 'otros'... Los 'otros' se rendirán". Añadió que elegir más personas LGBTQ+ para ocupar cargos públicos ayudaría a construir esa esperanza. "Eso da luz verde a todos los que se sienten privados de derechos, luz verde para avanzar", dijo Milk. “Significa esperanza para una nación que se ha rendido, porque si una persona gay consigue algo, todos pueden hacerlo”.

Denunciar la desigualdad, la injusticia y la violencia contra las personas LGBTQ+ es tan importante para nuestro trabajo como lo fue para el activismo de Milk. Queremos que todos se pongan por un momento en el lugar de los demás. Para ello, compartimos las historias y experiencias de las personas LGBTQ+ en su vida diaria, en sus hogares e iglesias, creando un espacio para otorgar voz y visibilidad a todas las personas, incluso aquellas que pueden estar luchando con su opinión sobre las personas LGBTQ+.

George Lakoff, investigador en el campo de la lingüística cognitiva, afirma que un diálogo constante en torno a los problemas sociales sin conversaciones centradas en soluciones más amplias puede reforzar viejas mentalidades. Las personas conectan mejor con historias en las que las personas LGBTQ+ se muestran tal como son. Así que, en lugar de centrarnos en afirmaciones del tipo “un mundo sin odio” o “un mundo sin discriminación”, difundimos historias que nos transmiten una imagen del mundo en el que nos gustaría vivir. Es un mundo en el que todos se esfuerzan por hacer lo correcto por el prójimo, porque todos salimos ganando con ello.

Sentiido es beneficiario de la red Open Society Foundations.

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